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domingo, 7 de julio de 2013

¿Donde estarán?


Ya he mirado en el bolso, y en todos sus rotos, en la cajetilla de tabaco en la funda del mechero, en el pastillero, y ahora en los bolsillos pero no están y yo juraría que esta mañana estar estaban. Además haciendo un repaso rápido solo he gastado un vaso de ese agua azucarada marrón de una multinacional norteamericana y eso ha sido hace apenas dos horas. ¡Ah si! también compre agua ¿pero 10€? ¡Ah bueno! y condones en una máquina, debería quedarme para el autobús...¡ay madre!.

5 comentarios:

  1. jajaja, tienes una gran imaginación. Podría ser yo.
    Saludos

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  2. A veces ocurre el caso contrario...y eso te da una inmensa alegría...cuando cambias de bolso a veces no sacas el dinero que te sobra y cuando de nuevo coges ese bolso, te llevas una grata sorpresa, hace dos días me pasó a mí.

    Eres un gran observador.

    Besos

    http://ventanadefoto.blogspot.com.es/

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  3. Estimado Ripley, tienes un don, haces hablar a quien no quiere... y en base a tu texto, quiero compartir contigo y tus lectores una pequeña anécdota sobre dinero y bolsillos.

    Corría 1977 y junto con otros 2 amigos juntamos moneda tras moneda para comprar un disco de "Bony M" popular en aquellos días. Salimos en autobús hacia el centro de la ciudad, llegamos a la tienda de discos, estuvimos largo rato escuchando vinilos y curioseando todo tipo de cosas, hasta que finalmente pasamos por caja para pagar nuestra compra. La cuenta estaba clara, el dinero bien contado, daba justo para ir los 3 en autobús, pagar el disco y regresar a casa como habíamos ido.

    Pues a la hora de volver a contar las monedas segundos antes de subir al bus, algo había sucedido, y faltaba dinero para 3 pasajes. Contamos y recontamos pero siempre daba igual, faltaba dinero.

    ¿Lo habríamos perdido en el viaje de ida?¿Nos habría tocado un carterista que solo tomó algo del bolsillo?¿Nos habría timado el cajero de la tienda cuando pusimos todas las monedas sobre la mesa? Nunca lo sabré, lo cierto es que decidimos que uno de nosotros se fuera en bus con el disco (el que vivía más lejos), y los otros 2 (yo incluido) haríamos unos 11 kilómetros de recorrido hacia casa, caminando, algo poco recomendable en una ciudad y un momento en el que las personas mayores se lo pensarían, por lo que menos garantías tendrían niños de entre 9 y 10 años.

    En aquel momento pensamos alternativas, pero todas eran peor, y ocasionarían preocupaciones, gastos, etc., y nos traerían mas problemas, por lo que decidimos "callar". Es que en casa ni había teléfono para avisar !!

    Fue así que con lo que teníamos compramos algunos dulces para cambiar el sabor de boca, y emprendimos el viaje que llevó bastante atravesando la ciudad, pero por suerte era de día y no hubo sobresaltos.
    Al llegar a casa lo único que delató que no hubiera vuelto en autobús, fue la falta de argumento para justificar como un par de pantalones podían agujerearse en la entrepierna de un día para el otro con agujeros tan grandes que lo hacían inservible. Era un pantalón de abrigo con su uso, y la fricción, sumada a unas piernas "poco atléticas" hicieron mella. Pero mi gusto por la música y el placer de tener el disco, pronto me hicieron olvidar la caminata inesperada y las reprimendas por estropear una prenda poco adecuada para aquella travesía.
    Un abrazo.

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  4. Pero mira que da rabia cuando te pones a buscar algo que sabes positivamente que debes de tener y no lo encuentras...
    La foto no da fe de "la caló" que caía ayer por Madrid. Este efecto Ripley tiene esas cosas refrescantes.
    Salu2

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  5. ¡Ay, pobre, qué apuro! ¿y no le podías haber dado un euro para el autobús?
    Besitos.

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