Calores, sueños y orgasmos

- ¿Y dices que siempre termina igual y en el mismo momento?

- Sí, hasta en eso me quedo a medias.

- Es raro soñar siempre con lo mismo, aunque mi abuela que era coja soñaba que se veía encima de una encina para evitar a un toro bravo que la perseguía. Como habían llegado ambos hasta allí y que hacía mi abuela, -que nunca salía de casa-, en lo alto de una encima con las piernas colgando a pocos centímetros de la cornamenta del toro, era todo un misterio. Pero siempre la recuerdo contándonos éste sueño y no otro porque no los tenía. 

- Lo que me pasa a mí, lo único que yo ya me acuesto con el sueño en la mente para tratar de recuperarlo donde lo dejé.

- Chica, pues no se que interés...

- Es que mi marido es un petardo en la cama y yo soy mas como Cecilia -"Dama, dama"- ¿te acuerdas?

- Si claro, me gusta la parte del "novelista decadente"

- Necesito mas, a él le quiero pero me falta esa parte y parece no darse cuenta, eso me irrita. No entiendo su desidia.

- Dicen que el estrés influye en esas cosas y Ramón está ahora en una etapa muy dura. Sé comprensiva con él.

- ¿Mas? mira que tengo tentaciones y pretendientes no me faltan, me estoy conteniendo las ganas.

- ¿Has probado con uno de esos que vibran?

- No, no me parece bien sustituir a un hombre por una pila revestida con forma de pene por muy de látex que sea, me desconcentro y no puedo pensar en Brad, antes caigo en la tentación y peco porque, parafraseando a Belén, yo por un orgasmo, "mato".